Una de las situaciones que más se repiten en mi vida son los "conflictos interpersonales". Es decir, los conflictos entre personas que están a mi alrededor.
Dicen que todo lo que pasa fuera de ti, es reflejo de lo que pasa dentro de ti. Así que supongo que "los conflictos que veo fuera" son reflejo "los conflictos" entre "mis diferentes personalidades". De la falta de harmonía en mi interior.
Todos tenemos "varias personalidades". Todos estamos "fragmentados". Teal Swan lo explica así:
"¿Cuánta gente se comporta de manera totalmente diferente dependiendo del entorno en el que se encuentra? ¿Cuánta gente tiene múltiples "caras"? ¿Cuánta gente no puede tomar una decisión porque se siente confuso? Todo esto son indicativos de que tenemos varios "yos" operando dentro de nosotros. Nuestro grado de sufrimiento interno está relacionado con el grado de harmonía o de falta de harmonía entre estos "yos" internos.
Nuestro mundo es un reflejo de la guerra interna entre nuestros "yos" internos. No pasa ni un sólo día en el que alguien no sea herido, rechazado, avergonzado o, inluso, asesinado. Siempre hay algún tipo de guerra o genocidio o tráfico humano en nuestro planeta. Hasta que nos reintegremos, como el mundo, siempre habrá algunas personalidades en nosotros que amen otras personalidades en nosotros mismos, otras que odien a otras, otras que protejan a otras, otras que quieran controlar a otras, otras que ignoren la existencia de otras."
Esta fragmentación sucede cuando pasamos por une experiencia traumática. Sea de la índole que sea. Para mí un trauma puede ser que mi madre no me viniera a buscar al colegio cuando era pequeña; para otro un trauma sería que su madre le abandone literalmente. Puede pareceros que un hecho sea más grave que otro; pero el trauma que provoca, el dolor interno que provoca en el niño o niña un hecho u otro puede ser el mismo.
En el moment del "trauma" hay una separación entre el "yo" vulnerable y el "yo" que "soporta" esa vulnerabilidad para auto-protegerse. Nosotros siempre nos identificamos con las partes del "yo" que nos protegen. Esto hace que nos situemos lo más lejos posible de nuestra propia vulnerabilidad.
Otro ejemplo sería cuando, en la infancia, tus padres te dicen que no debes decir nada que sea "inapropiado" delante de desconocidos. Según su propio criterio, evidentemente. Y tú, para ser amado y aceptado por tus padres, decides estar callado. Así, se produce una fragmentación en ti, y escondes de ti mismo tu parte más "sociable" o "verborreica", porque consideras que así serás más aceptado por los demás.
Esto sucede con todo tipo de cosas en nuestra vida. Nuestra personalidad se va "fragmentando" y vamos ocultando las partes de ella que nos hacen sentir más vulnerables o menos queridos.
Pero cuando hay un conflicto, todo sale a la luz. De hecho, el conflicto exterior es el reflejo del conflicto interior. Debemos aprender a verlo como tal, y no a culpar al otro como "responsable de mi enojo".
Cuando no soportamos a alguien es porque nos está mostrando partes de nosotros mismos que no soportamos y hemos escondido en lo más profundo de nuestro ser.
Por ejemplo. Yo no soporto a los ególatras. A esas personas que van por el mundo de "líderes" pensando que son los mejores del mundo y alardeando de todo lo que son. Siendo consciente de mi "mundo interior" he llegado a la conclusión que yo misma llevo toda la vida intentando "tapar" a mi líder interior. Intentado "esconderme" del mundo por miedo a no ser aceptada como yo misma no acepto o no aceptaba esta parte de mí.
Otro ejemplo. Cuando no soportas a alguien irresponsable es porque refleja tu propia irresponsabilidad respecto a ciertas cosas que tú no eres ni capaz de asumir.
Todo lo que vemos a nuestro alrededor es un reflejo de nuestro interior. Tan sólo hay que aprender a mirar de fuera a dentro y a no responsabilizar al otro por ser como es, sino darnos cuenta de que nos está enseñando algo de nosotros mismos que NO estamos amando. Hemos de aprender a amar estas partes de nosotros que hemos ocultado. Una vez lo hagamos, seremos capaces de amar de la misma manera a las otras personas. Teniendo compasión con nosotros mismos tendremos compasión con los demás.
Como todo, es más fácil decirlo que hacerlo.
A veces, la compasión implica alejarse y marcar límites. A veces una persona te puede mostrar que no te estás amando como deberías. Pero en el momento que empiezas a amarte, empiezas a marcar límites y, o esa persona cambia, o se irá de tu vida.
Yo tengo varios conflictos internos. Mi "yo" complaciente lucha contra el "yo" que escoje lo que le apetece hacer sin más. Mi "yo" líder contra mi "yo" sumiso. Mi "yo" honesto y directo contra mi "yo" que maquilla ligeramente las cosas para que nadie se sienta herido...
Debemos aprender a amar todos nuestros aspectos internos que se contradicen. Debemos aprender a amar nuestra vulnerabilidad. Debemos seguir enfocándonos en la autenticidad. Debemos darnos cuenta que somos "todos estos aspectos internos" y a la vez "ninguno de ellos". Somos la conciencia que los observa.
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