jueves, 28 de febrero de 2019

Sobre la película GREEN BOOK (El libro verde)

Hacía mucho tiempo que no hablaba sobre cine, pero ayer vi una película que tocó mi alma de manera especial. Se trata de GREEN BOOK (el libro verde).

Fui a verla sin tener ninguna referencia sobre ella. Tan sólo sabía que el pasado domingo ganó tres Oscars, entre ellos a la Mejor Película. Pero no sabía ni de qué iba, ni quién la protagonizaba.

Vi que duraba 150 minutos y me asusté un poco porque pensé que se me iba a hacer larga, pero sucedió todo lo contrario. Pasó en un instante y la disfruté muchísimo.

GREEN BOOK nos traslada a 1962. Basado en una historia real, explica las vicisitudes con las que se encuentra el exitoso pianista norteamericano Don Shirley durante su gira por el sur de Estados Unidos junto al italo-americano Tony Vallelonga, su chófer y "guardaespaldas".

GREEN BOOK me hizo  reflexionar sobre dos temas: la amistad y las normas sociales. Y lo hizo a través del racismo, de la diferencia, del rechazo y la exclusión. Parece que sea algo que ya esté "pasado de moda", pero no es así. Esta misma historia se podía extrapolar a hoy en día con otros elementos "externos", pero "la base" -que es el miedo a "lo diferente"- sería la misma.

La película comienza mostrándonos el entorno de Tony Vallelonga (interpretado por Viggo Mortensen), un padre de familia que vive en el Bronx y trabaja en el afamado Copa Cabana de Nueva York como relaciones públicas, destacando por su manera "algo violenta", pero efectiva, de resolver conflictos.

En aquella época (recordemos que estamos hablando tan sólo de hace poco más de 50 años) el racismo era habitual en los Estados Unidos, especialmente en el Sur, donde los negros no podían comer en los mismos restaurantes que los blancos ni dormir en sus mismos hoteles. De hecho, el "Green Book", el libro verde, era la guía de los hoteles estadounidenses en los que los negros podían pernoctar.

Don Shirley (Mahershala Ali) es un pianista multimillonario, con fama en todo el país. Tiene un enorme apartamento sobre el Carnegie Hall con todo tipo de lujos. Viste los mejores trajes y su educación es exquisita. Pero es negro y no puede sentarse en las mesas de un restaurante "de blancos" para comer o cenar, ni puede ir al baño, aunque sí puede ofrecer conciertos para un "público blanco" en ese mismo local.

En aquella época, en el Sur de Estados Unidos, el tema estaba así. Los negros eran repudiados por los blancos, quienes se creían diferentes a ellos.

Don decide contratar a Tony como chófer para que le lleve a todos los lugares en los que ha de tocar durante una gira de dos meses. Las horas de viaje y los días de convivencia lograrán que todo aquello que les separaba, les acabe uniendo. Aprenderán uno del otro y forjarán una amistad que, parece ser, duró hasta el final de sus vidas.

Me pareció absolutamente conmovedor presenciar cómo Don y Tony iban eliminando sus propios muros y sus prejuicios para dejar que el corazón les guiara. Cómo aprendieron a amarse y aceptarse tal y como son, sin querer cambiarse, peró sí evolucionando cada uno a su manera, cada uno quitándose sus propias vendas, para lograr una bella relación de amistad que enriqueció a ambos.

La amistad es eso. Aceptar al otro tal y como es sin intentar cambiarle, pero sí acompañándole a evolucionar mientras tú también evolucionas. Eso es la base de cualquier relación, tanto de amistad como de amor.

Ellos podrían haber continuado odiándose, rechazándose y dejando que el orgullo les dominara, pero decidieron abrir la puerta de la compasión, del corazón y trataron de ponerse en la piel del otro. Me pareció hermoso.

En este caso lo que les separaba era el color de piel, pero podemos encontrar analogías hoy en día y lo que nos separa puede ser las ideas políticas, la sexualidad, la religión, la forma de pensar, o algo tan simple como querer hacer las cosas de una manera u otra. Y muchas veces, en lugar de tratar de aprender de nuestras diferencias, las rechazamos sin más. No aceptamos que otra persona sea diferente a nosotros. Aparece el miedo en lugar del amor.

El otro tema sobre el que me hizo reflexionar GREEN BOOK es sobre las "normas sociales". "Los negros NO pueden comer aquí. NO pueden dormir aquí. NO pueden ir a este baño." Esto pasaba hace tan sólo 50 y tantos años en Estados Unidos... y probablemente en otros lugares. Por suerte, las normas están para romperlas y, con el paso de los años esto ya se ha superado.

Pero hoy en día hay "normas" igual de incomprensibles y sin sentido. En muchos países las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas. En muchos países las parejas del mismo sexo NO se pueden casar ni adoptar. Y, algo mucho más simple, en muchos lugares si no vas vestido de determinada manera NO puedes entrar en ciertos locales.

Estamos rodeados por normas sin sentido que siguen "gobernando" nuestras vidas. Normas en las que se rechaza la diferencia y se fomenta el "borreguismo". Cuando, en esta vida, si hay algo importante y que debemos desarrollar es nuestra propia unicidad. Todos somos diferentes y especiales y debemos potenciar nuestras diferencias porque es lo que nos hace únicos, lo que nos hace auténticos.

martes, 26 de febrero de 2019

Sobre los conflictos y la fragmentación

Una de las situaciones que más se repiten en mi vida son los "conflictos interpersonales". Es decir, los conflictos entre personas que están a mi alrededor.

Dicen que todo lo que pasa fuera de ti, es reflejo de lo que pasa dentro de ti. Así que supongo que "los conflictos que veo fuera" son reflejo "los conflictos" entre "mis diferentes personalidades". De la falta de harmonía en mi interior.

Todos tenemos "varias personalidades". Todos estamos "fragmentados". Teal Swan lo explica así:

"¿Cuánta gente se comporta de manera totalmente diferente dependiendo del entorno en el que se encuentra? ¿Cuánta gente tiene múltiples "caras"? ¿Cuánta gente no puede tomar una decisión porque se siente confuso? Todo esto son indicativos de que tenemos varios "yos" operando dentro de nosotros. Nuestro grado de sufrimiento interno está relacionado con el grado de harmonía o de falta de harmonía entre estos "yos" internos.

Nuestro mundo es un reflejo de la guerra interna entre nuestros "yos" internos. No pasa ni un sólo día en el que alguien no sea herido, rechazado, avergonzado o, inluso, asesinado. Siempre hay algún tipo de guerra o genocidio o tráfico humano en nuestro planeta. Hasta que nos reintegremos, como el mundo, siempre habrá algunas personalidades en nosotros que amen otras personalidades en nosotros mismos, otras que odien a otras, otras que protejan a otras, otras que quieran controlar a otras, otras que ignoren la existencia de otras.
"

Esta fragmentación sucede cuando pasamos por une experiencia traumática. Sea de la índole que sea. Para mí un trauma puede ser que mi madre no me viniera a buscar al colegio cuando era pequeña; para otro un trauma sería que su madre le abandone literalmente. Puede pareceros que un hecho sea más grave que otro; pero el trauma que provoca, el dolor interno que provoca en el niño o niña un hecho u otro puede ser el mismo.

En el moment del "trauma" hay una separación entre el "yo" vulnerable y el "yo" que "soporta" esa vulnerabilidad para auto-protegerse. Nosotros siempre nos identificamos con las partes del "yo" que nos protegen. Esto hace que nos situemos lo más lejos posible de nuestra propia vulnerabilidad.

Otro ejemplo sería cuando, en la infancia, tus padres te dicen que no debes decir nada que sea "inapropiado" delante de desconocidos. Según su propio criterio, evidentemente. Y tú, para ser amado y aceptado por tus padres, decides estar callado. Así, se produce una fragmentación en ti, y escondes de ti mismo tu parte más "sociable" o "verborreica", porque consideras que así serás más aceptado por los demás.

Esto sucede con todo tipo de cosas en nuestra vida. Nuestra personalidad se va "fragmentando" y vamos ocultando las partes de ella que nos hacen sentir más vulnerables o menos queridos.

Pero cuando hay un conflicto, todo sale a la luz. De hecho, el conflicto exterior es el reflejo del conflicto interior. Debemos aprender a verlo como tal, y no a culpar al otro como "responsable de mi enojo".

Cuando no soportamos a alguien es porque nos está mostrando partes de nosotros mismos que no soportamos y hemos escondido en lo más profundo de nuestro ser.

Por ejemplo. Yo no soporto a los ególatras. A esas personas que van por el mundo de "líderes" pensando que son los mejores del mundo y alardeando de todo lo que son. Siendo consciente de mi "mundo interior" he llegado a la conclusión que yo misma llevo toda la vida intentando "tapar" a mi líder interior. Intentado "esconderme" del mundo por miedo a no ser aceptada como yo misma no acepto o no aceptaba esta parte de mí.

Otro ejemplo. Cuando no soportas a alguien irresponsable es porque refleja tu propia irresponsabilidad respecto a ciertas cosas que tú no eres ni capaz de asumir.

Todo lo que vemos a nuestro alrededor es un reflejo de nuestro interior. Tan sólo hay que aprender a mirar de fuera a dentro y a no responsabilizar al otro por ser como es, sino darnos cuenta de que nos está enseñando algo de nosotros mismos que NO estamos amando. Hemos de aprender a amar estas partes de nosotros que hemos ocultado. Una vez lo hagamos, seremos capaces de amar de la misma manera a las otras personas. Teniendo compasión con nosotros mismos tendremos compasión con los demás.

Como todo, es más fácil decirlo que hacerlo.

A veces, la compasión implica alejarse y marcar límites. A veces una persona te puede mostrar que no te estás amando como deberías. Pero en el momento que empiezas a amarte, empiezas a marcar límites y, o esa persona cambia, o se irá de tu vida.

Yo tengo varios conflictos internos. Mi "yo" complaciente lucha contra el "yo" que escoje lo que le apetece hacer sin más. Mi "yo" líder contra mi "yo" sumiso. Mi "yo" honesto y directo contra mi "yo" que maquilla ligeramente las cosas para que nadie se sienta herido...

Debemos aprender a amar todos nuestros aspectos internos que se contradicen. Debemos aprender a amar nuestra vulnerabilidad. Debemos seguir enfocándonos en la autenticidad. Debemos darnos cuenta que somos "todos estos aspectos internos" y a la vez "ninguno de ellos". Somos la conciencia que los observa.

sábado, 23 de febrero de 2019

Reflexiones sobre los gurús y la espiritualidad

Me considero una persona más o menos consciente en términos generales. Consciente de que, tal y como dijo Sócrates, "Sólo sé que no sé nada". Consciente de que tengo mucho por aprender... y consciente de mi inconciencia.

Me apasiona el auto-aprendizaje; la evolución personal; la magia que se esconde en la cotidianidad; descubrir nuevas filosofías o maneras de entender la vida; conocer nuevos autores, terapeutas o "gurús"; descubrir las propiedades de las piedras; trabajar con velas e inciensos e informarme sobre sus propiedades o diferentes rituales que existen; leer sobre las características de cada luna llena o luna nueva; buscar vídeos en Youtube en los que hacen diferentes tiradas de tarot que sirven para "el colectivo"...

En resumen, me fascina profundizar en el mundo de la "espiritualidad", por etiquetarlo de manera genérica. Aunque yo lo llamaría el mundo del "despertar de conciencia". Me gusta más. Porque incluye esa connotación de "despertar a algo nuevo", de descubrir, de abrir los ojos a un nuevo mundo.

Me fascina cómo cada cual sigue su propio camino en este despertar. Y así debe ser. Nada puede ni debe ser impuesto, pues no tendría sentido.

Por mucho que yo trate de explicarle a alguien lo que he aprendido, o trate de que lea un libro que yo he leido o que vaya a un terapeuta que a mi me ha encantado; cada cual lo recibirá a su propia manera y los efectos que algo haya podido tener en mí no significa que sean los mismos que eso pueda tener en la otra persona. Pero, igualmente, me fascina compartir lo que aprendo o descubro con mis amig@s; y que ell@s lo compartan conmigo.

Hace unas semanas un amigo me enviaba este vídeo de Xavier Pedro Gallego. Hasta ese momento nunca había escuchado nada sobre él. Sus conferencias me parecen muy interesantes pero, lo que él dice no me resulta nuevo.

Visitando este vídeo, a su derecha me aparece un vídeo titulado "La Pareja Consciente" de Borja Vilaseca.  Tampoco había visto hasta ahora ninguno de sus vídeos. Estoy empezando a escucharlo y ya me está encantando por su naturalidad, por su honestidad, por su sencillez y por su capacidad de autocrítica. Pero su "discurso" no difiere de cosas que yo misma he ido aprendiendo y viviendo en los últimos años.

Ha surgido una oleada de Youtubers, Conferenciantes, Autores y Terapeutas sobre el "despertar de conciencia" que están creando una nueva red de negocio que me sorprende increiblemente. Os pongo algunos ejemplos:

- Sergi Torres.  Tiene más de 65.000 suscriptores en su canal YouTube y no deja de realizar conferencias en teatros de todo el país. Sí! En teatros! Ahora los conferenciantes alquilan teatros que llenan y, al ser sólo ellos en el escenario, sus beneficios deben ser más que interesantes!

Sergi habla en sus videos de manera ocurrente y divertida sobre todo aquello que explica Eckhart Tollé en "el poder del ahora". Pero lo hace de una forma animada y sencilla, conectando más con la gente.

- Lain García Calvo. Autor de la saga 'La Voz de Tu Alma'. Casi 200.000 suscriptores en su canal YouTube. Tiene muchísimo éxito aunque yo personalmente no conecto demasiado con él.

- Silvia Congost. Psicóloga experta en dependencia emocional, autoestima y terapia de pareja. Aunque Silvia no utiliza en ningún caso la vía "espiritual", su discurso se basa en la auto-estima y en las relaciones "conscientes".

Estos son algunos de los muchos profesionales que comparten su conocimiento en español. En inglés la lista sería interminable.

Yo comencé a descubrir "este mundo" gracias a autores como Eckhart Tolle, Marianne Williamson, Louise Hay, Brian Weiss, Wayne Dyer, Osho, Deepak Chopra, Don Miguel Ruiz... quienes son algunos de los más destacados.

Personalmente, me gusta ser ecléctica y no centrarme tan sólo en una corriente, sino aprender por varias vías. Pero tengo varios amigos que se focalizan en una única enseñanza. Por ejemplo tengo un amigo que es super acérrimo seguidor de la kabbalah; y una amiga que sigue a ciegas las enseñanzas de Balanced View. Es curioso como cada cual sigue su propio camino.

Pero si tuviera que escoger a un único referente espiritual, escogería a Teal Swan. Intento ver todos los vídeos que publica semanalmente y leer todos sus artículos y libros. Aunque reconozco que muchos de los conceptos que intenta transmitir a veces no los acabo de "pillar". Me parecen algo complicados. Pero bueno, supongo que es parte del proceso.

Es curioso porque, viendo los vídeos de Sergi Torres, de Laín; o de otros profesionales por el estilo, tengo  la sensación de que "este mundo de la espiritualidad" se está convirtiendo en un negocio y que acaba perdiendo su esencia. Que en cierta manera estos profesionales se convierten -haciendo una similitud con la iglesia católica- en una especie de "curas" que ofrecen sus "sermones" a sus "parroquianos", quienes les siguen fervientemente.

Viendo vídeos de algunos de los nombres citados previamente parece que todo sea muy fácil. Hablan y hablan tratando de transmitir sus ideas y creencias a multitud de personas. Pero no tengo la sensación de que el mundo o nuestra sociedad esté cambiando a gran escala.

Las noticias siguen hablando sobre personas violentas que hacen daño a otras; en la calle sigue habiendo robos; la gente sigue pasando hambre; los Servicios Sociales están colapsados; los niños siguen viviendo en familias desestructuradas y... aquellos que "teóricamente" están en un nivel superior de conciencia, siguen saliendo a la calle para decir que son diferentes a otros y quieren crear sus propios países... Queriendo establecer nuevas fronteras, cuando tendríamos que seguir rompiendo muros y permanecer unidos respetando nuestras diferencias. Todos somos uno.

Seguimos teniendo miedo a la diferencia. Sigue habiendo racismo, bullying, moving, homofobia...

Tengo la sensación que muchos vemos estos vídeos o vamos a estas conferencias, decimos "sí, sí, vale, entendido" y volvemos a nuestra "vida real" y seguimos haciendo lo mismo, sin intención de cambiar. Ya cambiarán los demás. Y tengo la sensación de que algunos de estos conferenciantes, Youtubers y demás "se aprovechan" de este "borreguismo" masivo en cierta manera. Pero todo es negocio. Todo es válido. Por supuesto. Quizás digo esto porque tengo algún tipo de problema o bloqueo con el dinero y la abundancia, o con lo que supone "hacer negocio", podría ser... En todo caso, son sensaciones.

Creo que el mismo mensaje llega a cada persona de manera diferente y por eso pienso que es importante el trabajo individualizado. No es fácil poner en práctica todo lo que dicen. Parece que lo sea, y lo dicen como si tuviera que serlo, pero no lo es. Y nadie lo dice. Se requiere mucha paciencia hacia uno mismo y ganas de trabajar en uno mismo. Se requiere tiempo y energía.

Siento que todo esto está muy bien, pero falta algo más. Falta que sepamos aplicar a nuestro día a día lo que escuchamos, lo que aprendemos. Falta más trabajo "a pequeña escala". Falta que sepamos que para que cambie "lo que no nos gusta fuera de nosotros" debemos cambiar nosotros. Falta que aprendamos a amarnos aún más. Falta que, una vez empecemos a saber amarnos, aprendamos a amar a los que tenemos alrededor. Faltan más sonrisas por las mañanas. Faltan más abrazos y más gestos amables con los que compartimos nuestros días, o con los desconocidos que nos cruzamos sólo por un instante. Cambiando nosotros, cambia nuestro entorno. Ese es el verdadero cambio.

lunes, 11 de febrero de 2019

Sobre los "consejos" de pareja

Me encanta que mis amigas me pidan "consejo" o mi opinión respecto algún tema que les preocupa. Creo que en otra vida debí ser "consejera" o quizás aún tengo por desarrollar esta vertiente en mi vida actual. Quizás podría abrir una oficina especializada en ayudar a la gente a descubrir su camino. No estaría mal.

Es muchísimo más fácil dar consejos a los demás que aplicárselos a uno mismo. También es muchísimo más fácil juzgar a los demás que a uno mismo.

Algún día quizás consigamos darnos cuenta que los demás nos hacen de espejo y, aquello que no nos gusta de los demás, está en nosotros mismos. Ellos simplemente hacen que salga a la luz.

Sí. A mí misma me cuesta horrores asumir este concepto. Pero es así. Os transcribo un extracto de un vídeo de Teal Swan titulado "Tutorial para la Vida":

"Todo lo que está dentro de ti, se refleja en lo que pasa en tu vida. Esto significa que puedes manifestar todo aquello que desees: un coche, dinero, un amante, un estado de salud, de paz. Experimentándolo primero en tu interior, en tus pensamientos y en tus emociones.
Este conocimiento sobre la manera en la que el universo funciona es la clave para vivir la vida que siempre has querido vivir. La verdad es que no estás desempoderado. Si tienes miedo de que alguien te deje, busca el aspecto en ti que deja a la gente; si tienes miedo de ser manipulado por otras personas, busca la parte de ti que manipula a otras personas; si tienes miedo al terrorismo, busca al terrorista en ti. Tu atención compasiva permitirá una transformación que ocurrirá y que hemos estado esperando durante siglos... Será el final de la pérdida, el final de la manipulación, el final del terrorismo. El final del sufrimiento en la Tierra. Será el momento en el que aceptes las partes de ti que has negado durante años."

La base del Ho'oponopono es la misma. Las cuatro "frases mágicas" -lo siento, perdóname, te amo, gracias- (que se pueden resumir en la palabra GRACIAS) son la herramienta para borrar nuestra "programación" interior "errónea", aquella que hace que vivamos experiencias que nos resultan "desagradables" o que no nos gustaria vivir.

Reconozco que es complicado asumir al 100% la responsabilidad de aquello que nos pasa. Sobretodo porque nos han enseñado a ser "víctimas". Nos han enseñado que no tenemos el poder sobre nuestras vidas, que tenemos que hacer lo que está previsto que hagamos. Pero no es así. Tenemos el poder de cambiarlo TODO. Absolutamente TODO. Pero es más fácil quejarse que asumir la responsabilidad y decidirse a cambiar. Porque para cambiar lo de fuera, tenemos que cambiar por dentro. Y eso requiere trabajo duro.

Asumir la responsabilidad de tu vida implica despojarse de todo lo aprendido hasta el momento, empezar de cero y estar dispuestos a escarbar en nuestra propia "miseria". No es fácil. No es nada fácil. Os lo digo yo que llevo años creyendo que lo estaba haciendo pero que realmente comencé a hacerlo hace unos pocos meses. Y aún no tengo claro si lo estoy haciendo bien o no!

Hace unos días, conversando con unas amigas, una de ellas comentaba que quería estar en pareja, convivir con alguien y crear un proyecto común. Yo le pregunté "¿estás segura que quieres eso? A lo mejor hay una parte de ti, quizás en tu subconsciente, que no lo desea..." Y me aseguró que sí, que estaba totalmente segura de lo que quería... Minutos después, hablando sobre la cantidad de cosas buenas que tiene vivir solo, se le escapó: "Es que a mi ahora mismo me costaría muchísimo convivir con alguien porque estoy muy bien sola". Ah! Pillada! Se le escapó. No estaba tan segura de que realmente quería convivir con alguien y compartir su vida con otra persona... Pero no era consciente! Y, ay amig@s! Resulta que es el inconsciente el que regula nuestras vidas.

Esto nos pasa a todos. No somos conscientes de aquello que tenemos en nuestro interior y que hace que vivamos situaciones que conscientemente no nos gustan. Pero eso que no nos gusta lo podemos utilizar como reflejo de nuestro interior y tratar de reflexionar sobre qué hay en nosotros que "provoca" que vivamos esa situación. O, simplemente, hacer ho'oponopono y limpiarlo sin darle demasiadas vueltas... ya nos llegarán las respuestas cuando las necesitemos.

Hace unos días otra amiga me pedía ayuda para poder aconsejar a la novia de su sobrino, que estaba desesperada porque no se sentía suficientemente cuidada por su pareja, cuando el pobre chico admitía que la quería muchísimo pero necesitaba su espacio y se sentía agobiado por ella. Ay! Aquí me dio directamente en el talón de Aquiles. El hecho de que esa chica se sienta así es porque es ella la que no se está cuidando suficientemente a sí misma.

No es su culpa, para nada. Es todo lo que ha vivido lo que le ha llevado hasta ese estado de desesperación que yo conozco muy bien. Pero debe iniciar un proceso de auto-descubrimiento para evolucionar y crecer.

Las relaciones entre una persona con rasgos "evitativos" y otra persona con rasgos "dependientes" (odio las etiquetas) nos sirven para crecer y para darnos cuenta que una está haciendo de espejo a la otra. La persona "evitativa" demuestra a la otra que se está "evitando" a sí misma, no prestándose la atención que merece, focalizándose más en la otra persona que en ella misma; y la persona "dependiente" le muestra a la otra su miedo al compromiso, a la conexión, a la intimidad, y a la emocionalidad. Las dos personas necesitan lo mismo: AMOR, pero no son capaces de encontrar el equilibrio, porque una presiona y la otra huye.

El origen de los dos rasgos de personalidad está en la infancia, y se trata de ser conscientes de ello y de trabajarlos, con mucha paciencia y compasión.

Lo ideal es poder hacerlo juntas y de manera consciente pero, la mayoría de veces, ninguna de las dos personas son conscientes de este trabajo interior a realizar por parte de ambas. O quizás una de las dos lo es, pero la otra está por otras historias. Así que tendrán que hacerlo por separado o, de lo contrario, seguirán repitiendo patrones en las siguientes relaciones.

Sí. Las relaciones son la clave de la vida. Así que disfrutémoslas, respetémoslas y aprendamos de ellas lo máximo posible!

Ah! Y por cierto... Sobre los consejos que os puedan dar, tened claro que la última palabra la tenéis vosotr@s. Si lo que os dicen os sienta bien y pensáis que os puede resultar útil, aprovechadlo; pero si sentís como se os cierra el estómago o algo extraño en vuestro cuerpo cuando os dan algún "consejo", descartadlo sin duda alguna! En última instancia, debemos saber que todos tenemos las respuestas a nuestras propias preguntas, simplemente a veces nos da miedo buscarlas.