jueves, 8 de mayo de 2014

Expectativa vs Frustración

Expectativa se define como: “Esperanza o posibilidad de conseguir una cosa”.

Frustración se define como: “Fracaso en una esperanza o deseo”

Es decir, la no llegada de aquello que uno espera o desea con ansia, es la frustración. Con lo cual, sin expectativa, no hay frustración.

Claro, eso no quiere decir que no podamos desear cosas, simplemente quiere decir que las tendríamos que desear “desde el desapego”. Vuelta a la ley de la atracción. Eso es.

Bien, pero la Ley de la Atracción no es el centro de mi divagación de hoy. Es la expectativa, o las expectativas que tenemos hacia los demás.

Hoy, y en los últimos días, estas  “expectactivas” han centrado muchas de mis conversaciones.

El lunes, para empezar bien la semana, recibía un correo electrónico de alguien que esperaba algo de mí, o más bien de mi empresa, que no ha obtenido. El mail mostraba a una persona tremendamente irritada, enfadada, que no entendía cómo lo que para él era “normal” no lo hacíamos. Evidentemente, veía las cosas desde una perspectiva totalmente diferente a la nuestra, sacando las cosas de lugar y mostrando un nivel de “exigencia” que no daba a lugar. Básicamente, porque tú no puedes exigir nada a nadie, aparte de respeto. Tenemos que respetar que cada un tiene su “tempo”, su manera de ver las cosas.

Ayer en el trabajo hablaba con dos personas en conflicto entre ellas en dos momentos diferentes. Una se mostrada tremendamente irritada con la otra porque le exigía ciertas cosas que no le daba, y viceversa. Ambas tenían su parte de razón. Ambas se sentían frustradas por no ver cumplidas sus expectativas hacia la otra. No empatizaban, no se ponían en el lugar de la otra. Desde fuera es muy fácil.

Hoy una amiga me explicaba como otra amiga suya le había comentado que sentía como se acercaba más a otra tercera persona y a ella la “dejaba de lado”. Nuevamente, expectativa y frustración, y poca comprensión del otro.

Ah! Y también esta semana otra amiga me expresaba su “eterna frustración” porque una amiga común no actúa como ella espera.

Recopilando todas estas situaciones me parece increíblemente fácil y claro el mensaje: Esperar que alguien haga algo te lleva a la frustración. Debemos dejar que cada cuál actúe a su manera, respetar y dejar fluir.

Confieso que yo misma he sentido esta frustración en muchísimas ocasiones, y es tremendamente dolorosa. Pero cuando te das cuenta de que el único problema lo tienes tú, porque esperas algo que no tienen porqué darte, porque cada cual es como es y los tienes que aceptar y querer como son, desaparece el problema. Evidentemente requiere su tiempo, requiere nuevamente “ser consciente” de que tienes expectativas hacia otra persona que sería conveniente eliminar.

Cuando tus actuaciones (o no actuaciones) son el motivo de las frustraciones de otros, y estos otros te lo manifiestan, lo ves todo más claro. Incluso piensas: “pero éste/ésta, ¿de qué va? Está dando demasiada importancia a algo que para mí no es nada importante.” Pero cuando tú eres el que esperas y te frustras, no ves tan claro que ahora eres tú el que estás dando demasiada importancia a las cosas… Aquí ya entra en juego el Ego. “Eh! A mí que no me hieran, eh?”

Como siempre, si consigues ver las cosas desde fuera, desde otra perspectiva, todo adquiere otro nivel, y puedes quitarle importancia a cosas que realmente no la tienen.

Lo que realmente no ayuda demasiado es que “te echen” en cara cosas que tú no has hecho y que los otros esperaban (o al revés), porque entonces te molestas y aún marcas más distancia con la persona que “te echa” las cosas en cara. Lo que se debería hacer, si hay suficiente confianza y facilidad de diálogo, es hablarlo todo sin culpabilizar a nadie. Diciendo, “oye, mira, que no sé por qué pero me sentí mal porque no me invitaras a tu fiesta”. Siempre sin culpabilizar al otro, simplemente expresando tus sentimientos. De esta manera puede haber un diálogo fluido y puedes llegar a entender mejor la postura de la otra persona. Pero sobretodo, lo más importante es intentar desdramatizar las situaciones. En realidad, nada importa nada.

En todo caso, cuando conoces bien a la otra persona todo es más fácil. Sabes sus límites, conoces sus defectos y sus virtudes y los aceptas y respetas. Esta es la base del AMOR en el sentido más amplio de la palabra.

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