miércoles, 2 de noviembre de 2016

Sobre tener cariño y decir “te quiero”

El pasado lunes en el extra-comentado concierto ‘OT El Reencuentro’ en el Palau Sant Jordi de Barcelona, David Bisbal le decía a Chenoa “siempre te he tenido mucho cariño, y te tengo y te tendrá”. En cambio, Chenoa momentos después le dijo “te quiero mucho y lo sabes”.

Me recordó a mi actual situación. Yo no tengo problema en decir “te quiero” a la persona que amo; pero ella, no pasa de decir “te tengo cariño” porque, según afirma constantemente “no me quiere”.

Y yo me pregunto ¿cómo puedes no querer a alguien que te hace enloquecer? ¿que es tu amiga? ¿con la que llevas trabajando tres años y compartiendo innumerables momentos de complicidad? Es imposible. El “problema” es que a según qué personas les cuesta muchísimo decir “te quiero”. Según ella, porque la persona que se lo decía hasta la saciedad anteriormente vació su significado. ¿Y qué? ¡Vuélvelo a llenar! Si todos tuviéramos tan en cuenta las cosas que la gente que queremos y/o que nos rodea hace y/o dice, acabaríamos llenos de dolor por resentimiento. Nadie es perfecto. No somos perfectos. Decimos cosas que con el tiempo pierden su significado, pero lo que importa es el ahora. Empezar siempre de cero, no vivir lleno de rencor o con las heridas a flor de piel.

No pasa nada por decir Te Quiero. No implica nada más que ser agradecido, que demostrar tus sentimientos, que abrir tu corazón. ¿O eso es demasiado? No pasa nada por decir Te Amo. El Amor no es exclusivo. No pertenece tan sólo a una persona, a una pareja. Pertenece al mundo. Sentir amor, reconocerlo y expandirlo nos hace grandes. Venimos a este mundo para Amar. No hay nada más bello que el Amor. El Amor puro, sin condiciones, el que ofrece libertad.

Tampoco pasa nada por decir Te Quiero a un ex. Si lo has querido, lo sigues queriendo. Como quieres a tu familia, a tus amigos, a tus mascotas… Los ex son personas que han formado una parte muy importante de tu vida, porque te han aportado muchas cosas buenas, y siempre formarán parte de ti en mayor o menor medida. Así que es normal quererlos. No entiendo la manía que tiene la gente, afirmando que debes mantener las distancias con ell@s, como si los tuvieras que odiar. Cuando explicas que tú y tu ex sois amigos, te miran como un bicho raro. “No es posible!” “Eso no es sano!”. Claro! Es mucho más sano odiar a la persona con la que has convivido durante los últimos años y dejar de dirigirle la palabra… No entiendo este tipo de “normas”.

Yo os animo a decir “te quiero” diariamente a todos aquellas personas que queréis, que os hacen sacar una sonrisa cada día, que os alegran el corazón, que os aportan felicidad, o conocimiento, o grandes momentos! Un “te quiero” sincero, mirándose a los ojos, no tiene precio.

La vida es efímera. Estamos aquí de paso, y no vale la pena guardarse cosas bonitas, no vale la pena tener miedo a Amar por no sufrir. El Amor no es sufrimiento, el amor es gozo. La posesión es sufrimiento. Si Amas, otorgas libertad.

Tenemos muchos miedos, y el miedo es lo contrario al Amor. Así que AMEMOS, digamos “TE QUIERO” y “TE AMO” sin medida. Sonriamos, abracemos, besemos… Hoy lo podemos hacer… mañana, quién sabe dónde estaremos.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Sobre la conexión...

"Deberías ir a un psicólogo, porque no estás bien". Este es el consejo que acabo de recibir de una amiga. No estoy de acuerdo con ella. Estoy viviendo un proceso que podría definir como "caótico a nivel emocional" que debe desarrollarse, evolucionar y, con el tiempo, todo se pondrá en su sitio.

Creo que esta idea que tenemos, o que nuestro alrededor nos impone, sobre el hecho de que "hay algo mal en nosotros" y "tenemos que corregirlo" es totalmente errónea. Tenemos que aceptarnos tal y como somos y, principalmente, tenemos que querernos tal y como somos.

Sí que pienso que es súper importante que nos intentemos conocer a nosotros mismos, que seamos conscientes de las cosas que nos pasan y porqué nos pasan. Que no culpabilicemos a los demás como responsables de nuestra situación, sino que asumamos nuestra propia responsabilidad ante todo lo que vivimos. Pero sin pasar al otro extremo de "culpabilizarnos" nosotros mismos por todo lo que nos pasa, ni al de asumir el rol de "víctima". No es fácil.

Para mí no es fácil mantener el equilibrio entre el respeto a mí misma y el hecho de comprender todos los actos de los demás. Desde el punto de vista de que puedo ponerme de tal manera en la piel de la otra persona, que entiendo sus actos aún y cuando éstos me hacen daño a nivel emocional. Los comprendo y los intento ignorar. Y creo que esto es un error porque, aún y comprendiéndolos, debería marcar mis límites y no permitir según qué actos o actitudes que me causan dolor. Esto es el amor propio. Esto es la auto-estima. Si tú te quieres, no permites ciertas cosas, porque te priorizas a ti mismo y, desde un lugar amoroso, hablas con claridad y te respetas, que es lo primero que hay que hacer para que los demás te respeten.

Estos últimos meses he utilizado mucho la palabra "conexión". Hasta ahora no la había utilizado demasiado. Quizás porque en mi relación de pareja anterior nunca había percibido una falta de conexión, quizás porque no era consciente de lo que significaba, quizás porque la conexión estaba implícita.

La cuestión es que en los últimos meses he estado repitiendo constantemente a mi amor que notaba escandalosamente cómo y cuando "desconectaba" de mí, pero creo que no lo entendía. Yo percibía y explicaba esta "desconexión", pero es algo que nunca había contrastado con nadie y que nadie me había dicho "a mí me pasa igual". Hasta ayer. Ayer leí el último artículo del blog de mi querida Teal Swan y explicaba justamente esto. Detallaba exactamente lo que yo he sentido estos meses de tanto en tanto y que no entendía. Nuevamente Teal me sorprendió agradablemente. Sí! No soy tan extraña! Esto es lo que a mí me pasa!

Voy a traducir lo que cuenta Teal sobre su marido, Ale: "Ale ya se ha levantado de la cama. Puedo escuchar el spray de su crema de afeitado y la navaja contra su barba. Está desconectado de mí esta mañana, ya inmerso en el día que tiene por delante. Puedo sentir cómo los celos se apoderan de mí. Esos difusos celos que son el resultado de perder mi conexión con él por su vida de California en lugar de por otra persona. Su preocupación crea un tipo de realidad dual no intencional. Estamos en la misma habitación de hotel, pero nuestra consciencia no está unida. La mía está en un lugar y la suya en otra. El blanco de la cama hace que la soledad sea peor. Parece un castigo. Empiezo a sentir un vacío que duele y quiere gritar a través de mi estómago y mi pecho. Un ataque de pánico. Esta experiencia ha despertado algo en mí.

[...] Ale no tiene ni idéa de lo que me pasa. Piensa que sigo durmiendo. Si lo supiera, estaría confundido. Después de todo, no ha hecho nada malo. Él no ve ni siente la desconexión a nivel consciente. No ve ni siente como la absorción en su propia realidad borra la cercanía entre nosotros. No experimenta el dolor como yo lo hago, en el aislamiento que provoca estar en dos realidades diferentes en la misma habitación. No se lo quiero decir."

Teal relaciona esta horrorosa sensación de ansiedad causada por la desconexión con la que sintió cuando niña, cuando sus padres no "conectaban" con ella ni con sus necesidades reales. Es similar a lo que explica Krishnananda en su libro 'De la Codependencia a la Libertad'. Nuestros "problemas" en las relaciones personales sacan a la luz las necesidades de nuestro niño interior, al que debemos sanar.

Es curioso cómo cuando lees o escuchas algo que a ti también te pasa, te sientes menos extraña, más cómoda, más confortable contigo misma. Más segura.

El primer paso para sanarnos, para evitar repetir patrones relacionales y evitar sentir el mismo dolor, es ser consciente de lo que nos pasa. Eso ya es mucho!

En fin, que las relaciones no son fáciles... o sí! En todo caso, todo es un proceso que debemos vivir y disfrutar de alguna manera, aunque parezca inverosímil. Se trata de aprender, evolucionar, y ser feliz a cada instante disfrutando de las pequeñas cosas.

jueves, 16 de junio de 2016

Sobre las contradicciones de la vida y de la espiritualidad…

Me vuelven loca. Te dicen que te tienes que querer, que tienes que saber ser feliz sola, y que luego tan sólo así podrás amar totalmente a alguien; y por otro lado te dicen que venimos aquí para interrelacionarnos, vivir en sociedad y que nuestro crecimiento se realiza a partir de las relaciones que establecemos con aquellos que nos rodean…Que todos somos uno; y que para amar, no debes ser perfecto, ya que nadie lo es; si no que te deben aceptar y querer tal y como eres…

Luego lees artículos sobre la dependencia emocional, sobre lo mala que es esta “adicción” que sientes hacia otra persona, similar a la que los drogodependientes sienten hacia las sustancias adictivas. Dicen que esta dependencia surge del miedo al abandono, del miedo a la soledad.
Por otro lado, lees artículos sobre el miedo a la intimidad, el que sienten esas personas que piensan que no merecen ser queridas; y en cuanto sienten el amor y cuidado de alguien, los alejan de su vida porque sienten que no lo merecen.

Une a una persona con “dependencia emocional” con otra persona con “miedo a la intimidad”… Bomba de relojería.

Luego está mi gran admirada Teal Swan, que lo explica todo muy bien, afirma que “cuando estamos en un lugar de auto-rechazo, tan sólo podemos atraer personas que rechazan la verdad de quienes somos. Esto significa que si tenemos miedo de la intimidad, atraeremos todo tipo de personas que nos necesiten y que nos presionen hacia la intimidad. Esto significa que si necesitamos intimidad, atraeremos a todo tipo de personas que sean independientes y que no quieran darnos su tiempo y energía... Lo triste es que, dado este rechazo que sentimos de la gente a nuestro alrededor (que en el fondo sale de nuestro propio rechazo de la esencia de nuestro niño interior para encajar en el mundo que creció), empezamos a sentir que hay algo malo en nosotros.” Esto es!

Ahora ¿cómo lo “solucionas”? Quiero decir, ¿qué haces para sentirte bien y no sufrir? Para no auto-rechazarte? Yo no lo sé. Ni siquiera tengo conciencia de mi auto-rechazo.

Como siempre, se trata de seguir a nuestro corazón, de escucharnos… A nosotros,  a nuestra verdad, no a los ruidos de la mente y de la gente que nos habla alrededor… Qué quieres en la vida? Cómo te sientes ante esto que estás viviendo? Viviendo en el presente.

Teal dice que “debemos de parar de ser cerebrales sobre lo que es la felicidad o sobre cómo conseguirla. La felicidad no consiste en alcanzar metas. En cuanto pensamos esto, estamos perdiendo la felicidad del momento centrándonos en la felicidad en el futuro. Pensamos que la felicidad está en ganar una medalla de oro, conseguir ganar más dinero, mudándonos a otra ciudad o casándonos con esa persona. Externalizamos la felicidad cuando realmente no tenemos ni idea si esas cosas nos harán más felices. Pensamos que sí, pero ciertamente no lo sabemos… Tan sólo podemos saber lo que nos hace felices en el momento en el que estamos, escuchando y siguiendo nuestras emociones y sentimientos positivos. Así que paso a paso. Deja de preocuparte y obsesionarte por las cosas del futuro y comienza a enfrentarte a cada día tal y como llega. Si ‘cerebralizas’ tu felicidad, estás ignorando o sacrificando la felicidad que está disponible para ti aquí y ahora por la promesa de una futura felicidad”.

Creo que hace años que estoy “cerebralizando” mi felicidad y no he conseguido disfrutar plenamente del aquí y ahora… tan sólo lo hacía, o lo hago, cuando estoy viviendo esos “momentos cerebralizados” en el que mi mente piensa que estoy viviendo lo que anhelaba… Pero en cuanto esos instantes se acaban… bajada en picado!

Y no debe ser así. No debemos poner nuestras expectativas de felicidad en nada y en nadie… Muy fácil de decir pero, ¿cómo vivimos sin expectativas? Ayer una amiga me decía que es normal tener expectativas en una relación. Pero, supongo que sucede como con tantas cosas “normales”… que sean “normales” no implican que sean “correctas” o “buenas” para nosotros… No lo sé.

Debemos vivir y disfrutar el presente. El aquí y el ahora. El estar escribiendo ante este ordenador. Beber un trago de agua fresca. Escuchar una bonita canción. Tomar un apetitoso bocadillo en el bar de al lado… y mil cosas más.

Confieso que para mí no es nada fácil. Una mente romántica como la mía se pierde en mil anhelos, expectativas, imágenes, recuerdos y sueños… y debería disparar con una pistola esas proyecciones que aparecen en mi mente cual película de amor para que se desvanecieran… y volver al aquí y al ahora. Bajar de la nube… O no, lo mejor es hacer de mi día a día mi vida en la nube.

lunes, 8 de febrero de 2016

Sobre TECHO Y COMIDA y la comunicación…

Ayer fuimos a ver TECHO Y COMIDA al Maldà (un cine de Barcelona que parece cutre, pero que está muy bien, y las entradas valen sólo 4€!)

La película se había estrenado en diciembre, pero la han repuesto tras las nominaciones de los Goya. Reconozco que no había oído hablar de ella, ni de la protagonista, pero algo nos atrapó al ver cómo la actriz Natalia de Molina recogía el Goya a la Mejor Actriz, “batiendo” a Inma Cuesta y Penélope Cruz. Yo creo que injustamente, pues ambas están más que espléndidas en sus trabajos… Pero bueno, Natalia también está espectacular, y siempre está bien que premien a un nombre no tan “popular”. Aunque Natalia también ganó el Goya a la Mejor Actriz Revelación por su trabajo en VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS, fantástica película de David Trueba.

Natalia fue injustamente cortada por la organización al recoger el premio, y tuvo que decir vía redes sociales lo que no pudo decir en directo: "No me dejaron acabar y decir lo que quería decir, así que lo grito por aquí: ¡Techo, comida, y dignidad para todos!", escribió en Twitter.

Bien, pues tras el premio, y tras ver el tráiler (algo para mí indispensable para saber si una película me va a gustar o no) decidimos ir a ver TECHO Y COMIDA, que tan sólo proyectaban en dos cines de la ciudad. Pero eso mejor que nada!

Dirigida por Juan Miguel del Castillo, TECHO Y COMIDA refleja una realidad que, desgraciadamente se encuentran diariamente los trabajadores sociales de todo el país y de la que yo soy testigo de soslayo. Porque egoístamente, prefiero no saber los detalles de las vidas de los ciudadanos que visitan el lugar donde trabajo.

¿No quieres caldo? ¡Pues dos tazas! TECHO Y COMIDA me mostró ayer un ejemplo de esa realidad… y bastante light por cosas que puedo intuir!

La película retrata la vida de una joven madre y su hijo, quienes viven en un piso de alquiler. La madre, Rocío, lleva años en el paro, no tiene ingresos, a duras penas puede dar de comer a su hijo, y lleva meses sin pagar el alquiler ni los suministros de su hogar. Aún y así, hace todo lo posible porque su hijo, el adorable Adrián, sea feliz.

No entraré a plantear cómo se puede llegar a una situación así. Supera mi entendimiento. Lo que sí que muestra la película, y acabamos comentando tras verla, es cómo la falta de comunicación, y el no ser capaz de pedir ayuda a aquellos dispuestos a ayudarte, te lleva a aislarte aún más de esta sociedad y a acabar en la peor de las situaciones.

Rocío tiene una vecina, María, que la ayuda sin pedírselo, pero tampoco quiere extra-pasarse en su ofrecimiento, ya que la mayoría de las veces es negado por el orgullo de Rocío. Este problema de comunicación, de no ser capaces de decir: “necesito ayuda” lleva a Rocío al ostracismo.

Pienso que este “problema” lo sufrimos todos en esta sociedad, con consecuencias más o menos relevantes. Pero no hablamos claro. No decimos lo que nos pasa. A veces no nos lo queremos decir ni a nosotros. A veces se lo decimos antes a personas que nos rodean que a los directamente implicados. Y a veces se queda en nuestro interior. Secretos de estado.

Tenemos miedo a hablar por las consecuencias que pueda tener lo que decimos. Por experiencias pasadas en las que hablar tuvo consecuencias desastrosas. Porque nuestro imaginario funciona a mil revoluciones y siempre nos lleva al “worst case escenario”. Por miedo a provocar dolor en la otra persona. Por miedo a provocarte dolor a ti… Y el miedo es lo peor. El miedo nos limita, nos corta las alas, nos hace pequeños.

Hasta las canciones te invitan a callarte! Como dice Vanesa Martín en su “90 minutos”: “Prefiero callarme a confesar lo que me haces sentir”. ¿Sí? ¿Seguro? ¡Pues no! ¡No te calles! ¡Dilo! Creo que es mejor gritarlo a los cuatro vientos, ser auténtico, que vivir en silencio. Pero, evidentemente, cada cual necesita su tiempo para ser capaz de hablar.

También hay veces en que las miradas dicen más que las palabras. Evidentemente, las palabras se las lleva el viento, y son los hechos los que quedan. “Actions Speak Louder Than Words” dice Jonathan Larson en una de sus canciones del musical TICK, TICK.. BOOM! Está claro que las acciones hablan mucho más alto que las palabras pero, sea como sea, hablemos! No nos quedemos en silencio.

domingo, 3 de enero de 2016

2016... gracias!

Y ya estamos en el 2016! Nuevo año! Dicen que es el momento perfecto para hacer resoluciones, empezar de cero. Nuevos proyectos, nuevas intenciones, nuevas actitides, nuevos propósitos y deseos. Me gustaría compartir con vosotr@s mis propósitos para el 2016.

Haciendo una rápida mirada atrás, estoy bastante orgullosa y feliz de todo lo acontecido en el 2015. Han pasado cosas que ni me hubiera imaginado un año atrás. Hemos co-producido cuatro conciertos: tres de la misma persona, y en el otro también estaba implicada… Uno de ellos en Londres! Hemos creido que se revitalizaba una relación que parecía perdida para ratificarnos en que, por mucho que lo intentes, tú no puedes hacer nada para que alguien te quiera y te lo demuestre sin miedo. Simplemente apartarte, vivir tu vida y, en todo caso, ya te vendrán a buscar.

En este 2015 mis amigos siguen estando ahí, compartiendo experiencias y vivencias en mayor o menor medida a lo largo del año. Como decía hace pocos días un amigo “un verdadero amigo es aquel que sabe todo de ti y, aún así, te quiere” y yo añado “y te lo demuestra!”. El 2015 nos ha regalado también alguna nueva amistad que espero que el tiempo afiance y sigamos viviendo bonitos momentos. Hemos vivido, nos hemos divertido, y hemos sufrido un poco también… si no no tendría gracia! Pero sufrimiento del “bueno”, de ese que “nos gusta”, no nada terrorífico…

En este 2016 me gustaría poder seguir aprendiendo a seguir a mi corazón, que tiene toda la verdad y sabe todo lo que realmente quiero. No estoy segura de saber hacerlo aún.

Me gustaría amar con libertad y sin miedos. Que yo, los que me rodean, y el mundo entero, supiéramos dejarnos llevar por nuestros sentimientos de amor, sin ponerle límites ni nombres ni tener miedo a romper según qué normas establecidas. Quiero abrazar y que me abracen, besar y que me besen, y ver a mi alrededor infinitud de besos y abrazos.

Me gustaría confiar más en mi, y en mis decisiones. Sentirme más segura de mí misma y actuar en consecuencia… Esa seguridad que ves en aquella persona que entra a una reunión llena de gente con total aplomo y seguridad y piensas “uau! yo quiero ser así”. Pues sí, quiero ser así!

Me gustaría seguir rodeándome de gente que me quiere y que me lo demuestra y que yo quiero y se lo demuestro, sin más historias.

Me gustaría que dejáramos los egos atrás, y aprendiéramos a ser más empáticos y más conscientes de las situaciones y de lo que nos ha conducido a cada lugar. Seguir aprendiendo a perdonar y a no guardar rencor. A eliminar de mi vida la rabia, el enfado y los malos rollos…

Me gustaría que estuviéramos tan seguras de nuestro valor profesional, que lo demostráramos y que nos permitiera avanzar profesionalmente en el ámbito que amamos, logrando que nuestra compañía sea nuestra única fuente de ingresos.

Me gustaría saber abrir la puerta a la abundancia ilimitada y a todo lo que ello conlleva.

Me gustaría seguir aprendiendo sobre la vida, sobre la espiritualidad, sobre todo… Seguir llenándome de conocimientos, seguir explorando el mundo… Cuanto más aprendes, más te das cuenta de lo sabio que era Sócrates al decir: “sólo sé que no sé nada”.

Me gustaría seguir rodeándome de sonrisas, que todo el mundo goce de salud emocional y mental y de buena energía.

2016 gracias!!