lunes, 20 de julio de 2015

Sobre la independencia, la homosexualidad y el apego

No es el objetivo de este blog hablar sobre actualidad, ni crear opinión, ni mostrarla o no. Simplemente es un lugar donde compartir ideas, sentimientos, sensaciones... Un lugar donde expresarse. Es terapeutico. Dicen que escribir es bueno para dejar ir, y yo he descubierto que es algo que me gusta, aunque hace años pensaba que lo odiaba. Así van las cosas. Lo que un día piensas, al otro dejas de pensarlo; de aquello de lo que en su día te hiciste abanderado, hoy ya ha quedado olvidado. Las cosas se relativizan, el tiempo las difumina. Nada es permanente, todo lo que empieza, acaba... todo evoluciona.

Bien, el tema de hoy es que no pude evitar sentir indignación -y aún la siento- al leer el artículo que Empar Moliner escribió hace dos días en el Diari Ara. En el que, ni corta ni perezosa, afirma que "no querer la independencia es lo que es natural, como ser heterosexual" y que "querer la independencia, como ser homosexual, es dar la nota". Aclaro que hace referencia al repetitivo y politizado tema de la independencia de Catalunya respecto al estado español.

Sinceramente, me parece frívola y muy poco adecuada la comparación. Pero no estamos para analizar, ni para rebatir opiniones. Cada cual, que piense y opine lo que quiera. De cualquier manera, debe ser una manera de provocar al personal, y conmigo lo ha conseguido. Según los cánones, yo debería estar dentro del grupo de las homosexuales, pero resulta que no defiendo la independencia. Pienso que es una corriente social que a los políticos del momento les ha interesado poner de moda para ganar votos, y lo han conseguido a través de vender "el sentiment català", "cómo Madrid nos roba" y "defender nuestra lengua y nuestra entidad".

En lo que sí estoy de acuerdo en todo caso, respecto a la comparación que hace Empar Moliner, es que "independentismo" y "homosexualidad" son dos modos de "apego", de "identificación del ser". Es como "ser culé" o "ser madridista". Hace tiempo discutíamos con un amigo la importancia de presentarse ante la sociedad con tus ideales. Él decía "yo soy homosexual e independentista". Muy bien! Yo no me identifico con ninguna de las dos etiquetas. Sí, vivo con y estoy enamorada de una persona de mi mismo sexo desde hace más de quince años, pero me enamoré de ella, no porque fuera una chica como yo, sino porque era como era... y resulta que era una chica! Y sí, me parece que las cosas ya están bien como están y, viviendo en una época en la que tendemos a la globalización, no tiene demasiado sentido ser separatista y querer "un nuevo país".

Por suerte para mí, no me identifico ni siento apego con estos dos aspectos; pero sí que lo hago con otros, como con tener expectativas ante ciertas situaciones, con ciertas personas, con ciertos sentimientos de irritabilidad...

Este fin de semana leía el artículo del último vídeo de mi querida Teal Swan sobre el apego. Es muy interesante pero, como siempre, Teal da una vuelta de tuerca a las enseñanzas más comunes de los diversos maestros espirituales, y va más allá... Lo que resulta complicado de entender, al menos para mí.

Intento resumir lo que he entendido, y lo que considero más relevante de su artículo. Dice Teal que para liberarnos de todo apego, lo primero que debemos hacer es tomar conciencia de nuestro principal apego, nuestra principal identificación. Estamos identificados con nuestro cuerpo, con nuestros pensamientos y con nuestras emociones. Al darnos cuenta de ello, al ser capaces de intelectualizar que somos mucho más que lo que pensamos que somos, al ser capaces de enfocar "este pensamiento" o "esta emoción" y considerarlo como algo separado a ti, el resto de apegos desaparecen... Sí sí... lo sé. Quizás ni se entiende, y llevarlo a la práctica desde la incapacidad de entender el concepto es muy complicado. Porque, como dice ella: "soy humana, no puedo ir más allá". Se puede, se debe de poder, porque muchos han podido, pero hemos de confiar en que podemos.

El principal concepto a entender es "lo que somos en realidad". Las religiones a lo largo de los siglos lo han explicado a su manera, estableciendo la figura de poder en alguien externo a nosotros a quien implorar compasión, perdón y a quien pedirle que ocurran milagros. Lo cierto es que todos somos uno, y que hemos venido a este mundo a experimentar. Así, explicado de manera muy chabacana. Es que, sinceramente, este concepto es muy complicado de explicar y transmitir. Hay innumerables "maestros espirituales" que lo intentan explicar utilizando metáforas, y hay otros que se quedan en la superficie para no complicar las cosas y entrar en materia que la gente rechazaría en un primer instante.

Por ejemplo, Eckhart Tollé, se focaliza tan sólo en el "AHORA" en vivir el momento sin ir más allá. En el poder del "estar presente". Es una manera de funcionar...

Don Miguel Ruiz va más allá. Partiendo como base de su educación tolteca, Miguel Ruiz habla de los "cuatro acuerdos", y mantiene que todos estamos "viviendo un sueño", que cada uno de nosotros vive su propia película, pero no es más que eso, una película.

Candice Berger, la fundadora de Balanced View, se dedica tan sólo a hablar de los "short moments", "pequeños momentos de mantener la mente en blanco", que sería como "vivir el ahora", pero que ella ha salpimentado con una comunidad y con maestros a los que confiar todos tus "problemas" y con vídeos y charlas en las que no se dice nada que se pueda intelectualizar... Son discursos que deben dirigirse directamente al subconsciente, pero que yo considero personalmente poco válidos... Porque, mi experiencia y lo que he visto en los demás de esta comunidad, me indican que "demasiado despertar de conciencia no provocan", ya que se centran demasiado en sí mismos, rechazando otras maneras de aproximación.

Anita Moorjani intenta explicarlo a través de su propia experiencia. Ella estuvo a punto de morir de cáncer, vivió lo que se denomina ECM o Experiencia Cercana a la Muerte, y tras superar su enfermedad y recuperarse totalmente, se dedicó a explicar todo aquello que aprendió. Escribió el libro ‘Dying to be me’ (que espero leer algún día) y comenzó a dar charlas para comunicar su experiencia y explicarnos, tal y como ella experimentó, que somos mucho más de lo que pensamos y/o nos han explicado, que el tiempo y el espacio es relativo, y que debemos disfrutar más y sufrir menos.

Son muchos los que hablan de los mismo de diferentes maneras: Wayne Dyer, Brian Weiss, Deepak Chopra… De hecho, la editorial Hay House -fundada por Louise Hay- da voz a todos estos “maestros” autores, que explican de diferentes maneras lo mismo. Desde diferentes perspectivas, más “surrealistas” o más “realistas”, para llegar a todo el mundo según lo que cada uno esté dispuesto a aceptar en ese momento.

En resumen, que hay mucho por aprender y una de las cosas más importantes es a tener compasión y a saber ver las cosas desde fuera, no dejando que nos afecten. Sin apegos.

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