viernes, 26 de junio de 2015

Sobre el lumbago, el dolor y vivir con intensidad

Hace tiempo, meses que no leo… Bueno, no es cierto del todo, actualmente me estoy leyendo el libro ‘The Power of Karma’ de Mary T. Brown los fines de semana en la playa… cuando me apetece, que no es a menudo. Pero reconozco que la lectura de este libro me incomoda. Como bien indica su título, habla del karma: “todo lo que das, recibes”, tanto para bien como para mal. Que el universo tiene un banco de karma y que tiene que estar equilibrado, y que te vas rencarnando para ir equilibrándolo. Bien, sí, da un poco de mal rollo… Pero bueno, a ver qué sacamos cuando lo haya terminado, de momento lo he resumido de manera bastante chapucera.

Pues si, no me apetece leer, no me apetece escribir, no me apetece ni meditar, ni hacer ejercicio... Tampoco encuentro el momento! ¿Qué me apetece hacer? No demasiado. Trabajar en nuestra web (lo justo), producir algún concierto, descansar, ver series, ir a la playa, ir a restaurantes…

Pero creo que tampoco es malo. Todo son etapas en la vida y no te puedes forzar a hacer cosas que no te apetecen. Tienes, tenemos que intentar aceptar lo que nos pasa, y dejarlo fluir. En todos los sentidos: un dolor físico, una emoción molesta… La sociedad en la que vivimos tiende a promover que evitemos todo lo que ella determina como “malo”, pero realmente, lo “bueno” o lo “malo” es relativo, como todo. Algo que en principio nos puede parecer “malo”, como una separación, puede traernos mil cosas “buenas”, así que realmente no era tan “malo” como pensábamos…

Por ejemplo, estos días he tenido lumbago. Hace más de un año que no tenía, y me pilló la mañana del 25 de junio, justo antes de ir a trabajar, mientras me cambiaba, como me suele pasar. Creo haber descubierto el motivo de mi lumbago. Como sabemos todo dolor físico tiene su origen en un desequilibrio emocional.

Buscando en internet el origen del lumbago indica: “Desvalorización por sentirse “impotente” ante una situación o persona”, entre otras definiciones. En mi caso, no puede ser más acertado. Creo que mi lumbago, que hace meses que no aparecía, ha venido motivado por el repentino regreso de mi inseguridad ante una situación, de mi falta de autoestima y de mi miedo a perder algo que nunca he tenido. Sí. Creo que es eso, porque estos meses me sentía bastante fuerte y segura, pero el día de mi cumpleaños, de alguna manera “me desmonté”, “gracias” a mis pensamientos. Bueno, no pasa nada. Son cosas que tenemos que vivir y tenemos que aprender de ellas…

Cuando alguien siente dolor físico, tendemos a evitarlo lo antes posible. Tomemos un ibuprofeno y fuera. De hecho, cuando le dices a alguien “tengo lumbago” te dicen: “¿ya te has tomado antiinflamatorios?”, “Ves al médico y que te pinchen, es milagroso!” o incluso “si quieres te doy unas pastillas que me dio mi médico que van divinamente, pero son muy fuertes y no puedes tomarlas más de una semana”. Pues no. No quiero nada. No pasa nada por sentir un poco de dolor durante unos días… así voy recordando lo que me pasa… ya se desvanecerá…

Lo mismo pasa con las emociones. Cuando nos enfadamos, cuando nos sentimos tristes, cuando sentimos ansiedad… No pasa nada! Sintámoslo, seamos conscientes de que lo sentimos, no intentemos evitarlo… en cuanto le pones foco, se desvanece… ya desaparecerá. Está claro que todo viene y va, que fluimos, que estamos en constante movimiento, evolución… Después de algo malo viene algo mucho mejor! Disfrutemos todos y cada uno de los momentos que nos da la vida… los buenos y los que parecen no serlo… porque lo serán!

Time heals everything. El tiempo lo cura todo. Y no hay nada mejor para madurar y crecer que VIVIR y SENTIR con intensidad.

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