jueves, 16 de junio de 2016

Sobre las contradicciones de la vida y de la espiritualidad…

Me vuelven loca. Te dicen que te tienes que querer, que tienes que saber ser feliz sola, y que luego tan sólo así podrás amar totalmente a alguien; y por otro lado te dicen que venimos aquí para interrelacionarnos, vivir en sociedad y que nuestro crecimiento se realiza a partir de las relaciones que establecemos con aquellos que nos rodean…Que todos somos uno; y que para amar, no debes ser perfecto, ya que nadie lo es; si no que te deben aceptar y querer tal y como eres…

Luego lees artículos sobre la dependencia emocional, sobre lo mala que es esta “adicción” que sientes hacia otra persona, similar a la que los drogodependientes sienten hacia las sustancias adictivas. Dicen que esta dependencia surge del miedo al abandono, del miedo a la soledad.
Por otro lado, lees artículos sobre el miedo a la intimidad, el que sienten esas personas que piensan que no merecen ser queridas; y en cuanto sienten el amor y cuidado de alguien, los alejan de su vida porque sienten que no lo merecen.

Une a una persona con “dependencia emocional” con otra persona con “miedo a la intimidad”… Bomba de relojería.

Luego está mi gran admirada Teal Swan, que lo explica todo muy bien, afirma que “cuando estamos en un lugar de auto-rechazo, tan sólo podemos atraer personas que rechazan la verdad de quienes somos. Esto significa que si tenemos miedo de la intimidad, atraeremos todo tipo de personas que nos necesiten y que nos presionen hacia la intimidad. Esto significa que si necesitamos intimidad, atraeremos a todo tipo de personas que sean independientes y que no quieran darnos su tiempo y energía... Lo triste es que, dado este rechazo que sentimos de la gente a nuestro alrededor (que en el fondo sale de nuestro propio rechazo de la esencia de nuestro niño interior para encajar en el mundo que creció), empezamos a sentir que hay algo malo en nosotros.” Esto es!

Ahora ¿cómo lo “solucionas”? Quiero decir, ¿qué haces para sentirte bien y no sufrir? Para no auto-rechazarte? Yo no lo sé. Ni siquiera tengo conciencia de mi auto-rechazo.

Como siempre, se trata de seguir a nuestro corazón, de escucharnos… A nosotros,  a nuestra verdad, no a los ruidos de la mente y de la gente que nos habla alrededor… Qué quieres en la vida? Cómo te sientes ante esto que estás viviendo? Viviendo en el presente.

Teal dice que “debemos de parar de ser cerebrales sobre lo que es la felicidad o sobre cómo conseguirla. La felicidad no consiste en alcanzar metas. En cuanto pensamos esto, estamos perdiendo la felicidad del momento centrándonos en la felicidad en el futuro. Pensamos que la felicidad está en ganar una medalla de oro, conseguir ganar más dinero, mudándonos a otra ciudad o casándonos con esa persona. Externalizamos la felicidad cuando realmente no tenemos ni idea si esas cosas nos harán más felices. Pensamos que sí, pero ciertamente no lo sabemos… Tan sólo podemos saber lo que nos hace felices en el momento en el que estamos, escuchando y siguiendo nuestras emociones y sentimientos positivos. Así que paso a paso. Deja de preocuparte y obsesionarte por las cosas del futuro y comienza a enfrentarte a cada día tal y como llega. Si ‘cerebralizas’ tu felicidad, estás ignorando o sacrificando la felicidad que está disponible para ti aquí y ahora por la promesa de una futura felicidad”.

Creo que hace años que estoy “cerebralizando” mi felicidad y no he conseguido disfrutar plenamente del aquí y ahora… tan sólo lo hacía, o lo hago, cuando estoy viviendo esos “momentos cerebralizados” en el que mi mente piensa que estoy viviendo lo que anhelaba… Pero en cuanto esos instantes se acaban… bajada en picado!

Y no debe ser así. No debemos poner nuestras expectativas de felicidad en nada y en nadie… Muy fácil de decir pero, ¿cómo vivimos sin expectativas? Ayer una amiga me decía que es normal tener expectativas en una relación. Pero, supongo que sucede como con tantas cosas “normales”… que sean “normales” no implican que sean “correctas” o “buenas” para nosotros… No lo sé.

Debemos vivir y disfrutar el presente. El aquí y el ahora. El estar escribiendo ante este ordenador. Beber un trago de agua fresca. Escuchar una bonita canción. Tomar un apetitoso bocadillo en el bar de al lado… y mil cosas más.

Confieso que para mí no es nada fácil. Una mente romántica como la mía se pierde en mil anhelos, expectativas, imágenes, recuerdos y sueños… y debería disparar con una pistola esas proyecciones que aparecen en mi mente cual película de amor para que se desvanecieran… y volver al aquí y al ahora. Bajar de la nube… O no, lo mejor es hacer de mi día a día mi vida en la nube.